“Hacer discípulos a través de grupos en casas a fin
de transformar la ciudad, la nación, y el mundo
con el mensaje del evangelio del reino.”
¿Cómo lo hizo Jesús?
Jesús tenía compasión por las multitudes que lo seguían (Mt. 9:35-37)
▪ Jesús nunca pensó en pocos, siempre en muchos, por eso entrenó a doce para cuidar las multitudes.
▪ Para tener compasión por las multitudes necesitamos entender que toda persona tiene un alma que hay que ganar, desde el que vive debajo del puente hasta el que edificó el puente. Todos deben ganar la vida eterna.
▪ Jesús lo hizo predicando en los campos y haciendo grupos en las casas, a estos grupos les llamamos en nuestra iglesia Grupos H2o.
Jesús llenó las necesidades de las personas manifestando su poder sanador y liberador.
▪ El propósito del poder es que las personas sean liberadas, afirmadas, y crean en el Señor. (Mr 1.27-45, Mr 2 1-12, Jn 2.23, Jn 6.2)
Después de haberlos discipulado les dio autoridad sobre toda fuerza del enemigo y los envió de dos en dos a hacer lo mismo (ganar, consolidar, discipular, y enviar a otros). (Lucas 10:19)
▪ Fueron tan efectivo que volvieron con 72 discípulos entrenados (12 discípulos por cada 6 pareja que Jesús envió) a los cuales Jesús envió de igual manera. (Lucas 10.1-2)
Jesús dijo que la mies es mucha, y que los obreros pocos. El dijo que pidiéramos al Señor que enviara más obreros. La cosecha siempre traerá consigo más mies, que requerirá más obreros. Lo que Dios busca y establece son personas dispuestas a trabajar en la obra del Reino (La mies).
Todo obrero con la visión correcta levantará la mies, consciente que hay que ganar, consolidar, discipular y enviar más obreros. Siempre que se recoge la mies se deben hacer más obreros, quienes traerán más cosecha.
Tu eres el obrero que Dios utilizará para transformar esta ciudad un discípulo a la vez.
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